Por Eugenia Echeverría Gutiérrez
Club Rotario de Belén
Sin duda alguna, Costa Rica es un país privilegiado en cuanto a naturaleza y biodiversidad se refiere. Una cuarta parte de nuestro territorio se encuentra protegido bajo distintas nomenclaturas; algunas de estas áreas han alcanzado fama y reconocimiento mundial y cada año son visitadas por miles de personas provenientes de todas partes del mundo, pero te aseguro que también hay algunas de las que quizás nunca has oído hablar. Una de ellas es el Refugio Privado de Vida Silvestre La Marta.
La Marta se encuentra a tan solo dos horas de San José, en la provincia de Cartago, a cinco kilómetros del centro del distrito de Pejibaye. Limita al sur con el Parque Internacional La Amistad y al sureste con el Parque Nacional Tapantí-Macizo de la Muerte, por lo que La Marta es una zona de amortiguamiento. La Marta representa para el visitante un centro de esparcimiento, aprendizaje y convivio con la naturaleza y la historia, donde es posible realizar distintas actividades para el disfrute sano y diferente de las maravillas que encierra el bosque tropical húmedo, como caminatas autoguiadas o excursiones guiadas en sus 17 kilómetros de senderos naturales, que permiten observar la riqueza natural, pozas de los ríos, cataratas y el bosque.
En el refugio encontraremos las ruinas de la hacienda La Marta a finales del siglo XIX, el beneficio para el despulpe del café, el trapiche de la caña de azúcar, el aserradero, la lechería y la planta hidroeléctrica, entre otras. También cuenta con un albergue rústico llamado El Tucán, con capacidad para 20 personas en 4 habitaciones con camarotes, baterías de baños y servicios sanitarios compartidos.
La razón que nos impulsó a contarte sobre este mágico lugar es que La Marta ha sido objeto de varios proyectos del Club Rotario de San José; entre ellos, el primer proyecto ecológico 3H en América Latina, con fondos de La Fundación Rotaria, al cual se destinaron $364,000 y se desarrolló en conjunto con el Distrito 7046 de Massachusetts. Fue tal el impacto logrado en la población aledaña al refugio con los diversos proyectos realizados, que el pueblo de Pejibaye se autoproclamó el primer Pueblo Rotario de Costa Rica. Actualmente sigue funcionando un microbanco en la zona.