Visita del presidente de Rotary International Barry Rassin
Por José Interiano
Posiblemente una de las mayores alegrías que puede vivirse en cualquier distrito rotario es la de recibir al presidente de Rotary International. Estar en contacto y escuchar al líder de líderes a nivel mundial ocasiona en todos, un especial efecto motivador.
El Distrito 4250 ha tenido ese privilegio. Nuestro presidente Barry Rassin visitó Belice y Honduras recientemente. Compartió su inspirador mensaje con todos los rotarios que asistieron a Ciudad Belice y a Tegucigalpa.
Las historias y las palabras del presidente Rassin, sencillamente son inspiradoras y comprometen a los rotarios a ser mejores y a plantearse metas cada vez más altas. Nos reta para seamos audaces y desarrollemos completamente nuestra capacidad de servicio.
Quiero comentar desde un ángulo diferente, lo vivido durante esta experiencia. Comentaré del perfil de una persona, algo que no puede verse, solamente sentirse al compartir con él un tiempo, por breve que sea.
Lo conocimos en el Instituto Rotario de Zona en Medellín, Colombia. Descubrimos un hombre que está siempre dispuesto a escuchar a todos los que se acercan para conversar, aun cuando está muy cansado. Alguien dispuesto a tomarse fotos con ese mar de rotarios que anhelan una selfie con su presidente.
Me identifiqué con el presidente, Barry como solicita que lo llamemos, en muchos de sus puntos de vista sobre nuestra organización. Terminó de «caerme bien» cuando dijo que ¡no le gusta usar corbata! Sin duda alguna, somos caribeños y Barry lo demostró bailando salsa.
En San Diego tuvimos algunos encuentros breves, además pudimos saludar a su esposa Esther. Entre tanta gente es muy difícil establecer conversaciones; pero sí pudimos solicitarle la visita a nuestro distrito, me confirmó su deseo de visitar Belice y Honduras. Durante la visita nos tomarnos selfies sin corbata.
Lo realmente interesante inicia con la visita al 4250, cuando se comienza a percibir cualidades de ese perfil que no podemos ver. Aquí se revela un hombre de una sensibilidad exquisita, dispuesto a hacer su mayor esfuerzo por darle a los rotarios un claro ejemplo de trabajo y sacrificio.
Poco a poco, entre muchos cortes de nuestra conversación, logramos descubrir a un apasionado por el golf, hobby que ha tenido que abandonar por Rotary. Comenta que, en este año, solamente un día ha jugado, «seguramente afectará su hándicap».
Al visitar los proyectos, su rostro se ilumina, irradia alegría en cada proyecto y por los logros obtenidos, sobre todo, cuando en el proceso conoce y platica con beneficiarios. Capitaliza una energía que contagia a cualquiera que lo acompaña.
Otro dato interesante de Barry es que lleva muchos años disfrazándose de Santa Claus para visitar niños en el hospital. Disfruta de una cerveza bien helada en tiempos de calor, pero también un buen vino tinto en la cena, sobre todo si es Pinot noir. Es un soñador convencido de que cuando se desean de corazón, no hay metas tan altas que no puedan ser alcanzadas; por ello su canción favorita es The Imposible Dream que lo define perfectamente porque su misión de seguir una estrella, pelear por el bien, estar dispuesto a marchar por el infierno si es por una causa justa y celestial…
Esto lo ha llevado a la presidencia de Rotary International y a inspirar a todos los rotarios con su ejemplo.
Conocerlo y compartir con él estos días fue maravilloso. Pudimos nuevamente experimentar la magia de la amistad que Rotary nos ofrece, Barry y Esther han cultivado en nosotros esa amistad. Para ellos nuestro cariño por siempre.