Lo conocí hace como 31 años en el Club Rotario Guatemala del Este. ¡Qué decir de un buen Amigo!, con mayúscula, ya que nunca hubo negocios de por medio, solo cariño y respeto mutuo con mucha ayuda social a la par, lo que forjó una amistad inquebrantable de muchos años.
Recuerdo nuestras campañas de vacunación contra la polio en los departamentos de El Progreso, Alta Verapaz y Zacapa. Salíamos el día jueves a supervisar los centros de salud; era agotador y muchas veces extenuante, pero terminábamos satisfechos de la labor cumplida. Al final, llenábamos papelería de suma importancia para Rotary como donante de la vacuna a nivel mundial, y para las estadísticas del Ministerio de Salud.
Siendo gobernador donó una camioneta Chevrolet Suburban de su propiedad al Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Salamá, Baja Verapaz.
En una reunión-almuerzo de clubes rotarios, un 15 de septiembre, el presidente de la República de Guatemala, el Ing. Jorge Serrano, nos anunció que el país estaba libre de polio. Para todos los rotarios fue un momento muy emotivo por haber sido parte del proyecto mundial de la erradicación de la polio con el programa Polio Plus.
Toño, como cariñosamente lo conocíamos todos, fue el 2º gobernador del Distrito 4250 para 1996-1997. Asumió esta gran responsabilidad dejando las empresas familiares, lo cubrieron sus hermanos con la bendición de su papá, don Julián Presa Fernández, quien también fue rotario en Quetzaltenango. Recorrió junto con su esposa, María Alicia, todos los clubes del distrito soportando malos caminos y capeando temporales muy fuertes.
Me honró con presidir la 2ª Conferencia de Distrito 4250 con la participación en la magna asamblea de inauguración del presidente Álvaro Arzú vestido de toda solemnidad, y a todos los que asistimos nos queda un muy grato recuerdo.
Ocupó todos los puestos de junta directiva de nuestro Club Rotario Guatemala Este, empezando por ser el presidente 1992-1993. También fue donante mayor de La Fundación Rotaria, conferencista ante el Distrito, asistió a varios Institutos de Zona, así como a múltiples actividades rotarias en las que a menudo nos llevaba en su avión a rotarios y amigos. Era entonces cuando cariñosamente le decíamos «Capi Presa».
A casi cuatro años de su partida, Toño ha dejado un gran legado de amistad, compañerismo y amor al prójimo. Todos los que lo conocimos aún lo extrañamos.
Gracias al Cielo, Toño, por haber sido ese amigo incondicional que perdurará por siempre en nosotros.