Con el corazón henchido de emoción

Por José Handal B.
Club Rotario San Pedro Sula

La joven Keila María Bográn tuvo su primer acercamiento con el rotarismo cuando su hermano la invitó a ayudar en la clasificación de ropa y víveres que se habían recolectado para las familias damnificadas por las tormentas Eta y Iota.

El buen corazón de los sampedranos se evidenció en la gran cantidad de suministros; tanto así fue, que se requirieron incontables voluntarios y horas de trabajo para preparar, clasificar y posteriormente distribuir esa ayuda. Lo que se pensó que serían un par de horas se convirtieron para Keila en una misión de ayuda, por lo que asistió varios días.

Posteriormente, la invitaron a otras actividades en las que fue forjando lazos de amistad que la ayudaban a definir la nueva realidad en el Honduras posterior a la pandemia. En 2021 fue juramentada como socia y actualmente ostenta el cargo de Macero en la Directiva 2022-2023, presidida por Brenda Benítez.

Para la Navidad de 2022, los rotaractianos se acercaron a una de las zonas marginales de la ciudad, conocida como Los Bordos, para llevar comida, ropa y regalos para las familias de escasos recursos que viven en el lugar. Al terminar de repartir, Keila observaba cómo las familias se retiraban con una sonrisa y las manos llenas. En ese momento se acercó una señora, quien le dijo: «Gracias a ustedes tenemos un poquito de esperanza. Esos juguetes les han dado alegría a los niños».

Fue la primera vez que algo así le sucedía. Keila sintió su corazón henchido de gozo, y más de una lágrima rodó por su mejilla. Había escuchado hablar del momento rotaractiano, pero en dos años no lo había experimentado, incluso llegó a creer que era un mito. El agradecimiento de una señora en Los Bordos de San Pedro Sula le demostró lo contrario.

 

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