Por José Pérez Flores
Hasta 1989, los Estatutos de Rotary International especificaban que la membresía a un Club Rotario era solo para varones.
En 1978, el Club Rotario de Duarte, California, invitó a tres mujeres a pertenecer al club. La Mesa Directiva de Rotary International le retiró la Carta Constitutiva a ese club por violación a los estatutos y Reglamento de RI. El club de Duarte llevó su caso a la corte de justicia contra Rotary, alegando violación de la ley estatal de derechos civiles que previene la discriminación de cualquier forma en actividades de negocios en instituciones públicas. La Corte de Apelaciones y la Suprema Corte de Justicia apoyaron la posición del Club Rotario de Duarte, respecto de que Rotary no podría quitarle al club su carta constitutiva solo por haber aceptado a mujeres dentro del club. La Suprema Corte de los Estados Unidos contestó a la Corte de California indicando que los Clubes Rotarios sí tenían un «propósito de negocios» y que en alguna forma son organizaciones de tipo público. El cambio estatutario de Rotary International fue hecho en el Consejo de Legislación de 1989, en Singapur, con la aprobación unánime para eliminar la frase de «solamente hombres» de todo Rotary.
Las primeras tres mujeres rotarias oficialmente aceptadas en la historia de Rotary fueron Mary Lou Elliot, Donna Bogaert (directoras de institutos de enseñanza) y la psicóloga Rosemary Freitag, quienes ingresaron en 1978 como socias activas del Rotary Club Duarte, California, Estados Unidos.
Por lo tanto, la posición de la mujer en Rotary queda así:
«Rotarias: mujeres que reúnen las condiciones y requisitos para ser aceptadas como socias de un club». Y se sobreentiende: damas esposas de rotarios.
En muchos clubes se acostumbra, una vez al mes, invitarlas a una reunión ordinaria para fomentar el compañerismo con todos los socios. Algunas esposas de rotarios creen que hay incompatibilidad entre Rotary y su vida matrimonial, y esto no es verdad. La esposa es la que anima toda actividad de su compañero, y Rotary no es la excepción.
Historia de las damas rotarianas
En muchos clubes del mundo, las esposas de rotarios son llamadas cariñosamente rotarianas y su historia es muy bella. Su designación no fue una de menosprecio, pero sí una que nació de una manera interesante. Fue en 1914 cuando rotarios de San Francisco, California, EE. UU., abordaron un tren especial para asistir a la Convención Rotaria en Houston, Texas. Hasta antes de llegar a Los Ángeles, solo había una dama en el tren, era la esposa del rotario Bru Brunnier. En esa época, muy pocas esposas acompañaban a sus cónyuges a eventos rotarios. Al recoger el tren a más convencionistas, presentaban a la señora Ana Brunnier como la RotaryAna.
Este sobrenombre pronto se convirtió en el adjetivo rotariana. Ya que los clubes del oeste estaban invitando a rotarios a asistir a la próxima Convención Mundial en San Francisco, se organizó una gran cantidad de actos y canciones para interpretarlas en Houston.
Uno de los rotarios escribió un canto que llamó Rotariana. Al llegar a la estación de Houston, una delegación estaba recibiendo a los rotarios del oeste. Uno de los miembros de la delegación de Houston era Guy Gundaker, de Filadelfia, cuya esposa también se llamaba Ana. Durante la recepción, alguien comenzó a cantar la canción Rotariana. Las dos damas, Ana Brunnier y Ana Gundaker, fueron levantadas en hombros por los señores y paseadas por el salón. El grupo estaba fascinado por el título dado a estas dos damas de nombre Ana. Inmediatamente, el mismo nombre cariñoso se usó para todas las señoras que asistieron a la Convención. El apelativo rotariana había llegado para quedarse.
Guy Gundaker fue presidente de Rotary International en 1923 y Bru Brunnier en 1952. Las dos damas que recibieron originalmente el título de rotarianas fueron primeras damas de Rotary International.