Las nuevas generaciones: inversión del futuro
Por Fransheska Audia
Desde sus primeros días, Rotary ha estado comprometido en ayudar a los niños. En 1960, la organización subió de nivel con respecto a los servicios dirigidos a los jóvenes. En clara señal de la conciencia del evidente potencial de la juventud, el presidente de RI de entonces, Harold T. Thomas, pidió a los Clubes Rotarios que encontraran maneras de alentar a los jóvenes para servir y participar en la comunidad, proporcionándoles las condiciones para que se conviertan en líderes.
En octubre de 1962 se creó el programa Interact, dirigido a colegiales de 12 a 18 años, con la formación del primer Club Interact en Melbourne, Florida. Luego, en marzo de 1968, siguiendo el deseo de expandir las oportunidades de servicio, Rotary abrió el programa Rotaract, una oportunidad para que los jóvenes de 18 a 30 años incrementen sus conocimientos y encuentren condiciones que los ayuden en su desarrollo personal. Además, se propicia la búsqueda de soluciones para las necesidades físicas y sociales de sus comunidades mediante la promoción de mejores relaciones entre los pueblos de todo el mundo en un marco de amistad y servicio.
El expresidente de RI Luis Vicente Giay nos habló de su convicción de que el futuro de Rotary dependería de nuestra capacidad para dar participación a los jóvenes en las actividades y programas de la organización. Así se refirió a las nuevas generaciones durante la Convención de RI de 1996 en Calgary, Alberta, Canadá, cuando dijo:
«Ahora más que nunca, el éxito o el fracaso de Rotary depende de nuestra visión del futuro. Las nuevas generaciones representan nuestra inversión en dicho futuro. El tiempo propicio para comenzar a construir el futuro es hoy».
En 2010, el Servicio a las Nuevas Generaciones se convirtió en la quinta avenida de servicio, que se define en el artículo 5 de los estatutos de los Clubes Rotarios:
«El Servicio a las Nuevas Generaciones reconoce los cambios positivos implementados por los jóvenes y los adultos a través de actividades para el desarrollo del liderazgo, la participación en proyectos de servicio en la comunidad e internacional, y programas de intercambio que enriquecen y fomentan la paz mundial y la comprensión cultural.
Los clubes rotarios deben comprometerse a dar participación a los jóvenes y adultos jóvenes en sus proyectos de servicio profesionales, comunitarios e internacionales, y a proveer programas y recursos que los apoyen».
Posteriormente, en el Consejo de Legislación de 2016, se aprobó la membresía doble para los rotaractianos, lo que permitió que quienes cumplan con los requisitos de membresía se puedan afiliar a un Club Rotario y conservar su condición de rotaractianos. Esta decisión tiene el objetivo de lograr una mayor integración entre rotaractianos y rotarios para generar un espacio que permita una transición más ágil de un Club Rotaract a un Club Rotario.
Y el suceso más reciente: el presidente Barry Rassin, en el Consejo de Legislación de 2019, propone cambiar el estatus de programa a Rotaract y convertirlos en parte de Rotary, flexibilizando sus estatutos de formación para poder ser por más tiempo Rotaract o tener la posibilidad de convertirse en Club Rotario.
Como organización, hemos reconocido que la juventud es el presente y que invertir en ella significa asegurarnos de que estamos desarrollando una futura generación de rotarios y líderes comunales. Lograr que los jóvenes conozcan cómo funciona Rotary se suma a la sensibilidad que poseen y a su capacidad para desarrollar proyectos y actividades de servicio que mejoren la calidad de vida de las personas que viven en su comunidad.
Es importante que los Clubes Rotarios sigamos generando ese espacio de interacción tan necesario, para que los jóvenes se sientan cómodos y puedan fácilmente hacer realidad su deseo de ser rotarios en un futuro cercano.
Dentro del mundo rotario, la evolución es constante. Es lo que necesitamos ahora para seguir caminando y creciendo, para seguir apoyando a los grupos de jóvenes que estamos preparando para ser líderes del futuro, un futuro que vivimos con ellos hoy. Y nos damos cuenta de cómo su juventud y su creatividad nos permiten tener proyectos de impacto; vemos cómo los clubes Rotaract e Interact se vuelven ejes importantes en el servicio.
Ahora, la capacitación no es para los clubes de jóvenes, es para los Clubes Rotarios. Debemos aprender cómo desarrollar en ellos los talentos, cómo impulsar el liderazgo y estimar su vocación de servicio para mantenerlos fuertes en este respecto. Son los Clubes Rotarios los que deben poner especial énfasis en desarrollar mentores con las habilidades pedagógicas que les permitan preparar a nuestros jóvenes para que sean mejores seres humanos, que velen por valores como la ética y el compromiso de ser rotario. Solo así aseguraremos que nuestras generaciones venideras sigan trabajando en el mismo camino que a nosotros nos enseñaron y mostrar que los rotarios seguimos siendo gente de acción.