METAS DE LA FUNDACIÓN ROTARIA PARA EL AÑO 2020-2021

K.R. Ravindran

Presidente electo del Consejo de Fiduciarios de La Fundación Rotaria

22 de enero de 2020

Buenos días.

 

Hace algunos años, mi club, junto a rotarios alemanes y con la ayuda de nuestra Fundación Rotaria, construyó una moderna maternidad en la región sur de mi país para reemplazar la que fue destruida por el tsunami.

Así que, cuando el (entonces) presidente de nuestra Fundación Rotaria, DK Lee, visitó Sri Lanka, lo llevamos a ver nuestro nuevo hospital.

Vimos a las madres que llegaban para dar a luz y otras que traían a sus recién nacidos para su control médico; cientos de familias recibiendo estos vitales servicios que antes no existían en esa área. De ahí fuimos a la sala de cuidados intensivos neonatales, producto de mucho trabajo e inversión. Dentro de ella, nueve incubadoras, todas ocupadas y todas mostrando la rueda rotaria. En una de ellas había una bebita que apenas pesaba 900 gramos. Ella hubiera podido caber en la palma de mi mano y estaba cubierta de tubos y cables. Ella luchaba por cada aliento, luchando con más fuerza que alguien cien veces más grande que ella.

Mientras veía ese pequeño pecho subir y bajar, me di cuenta de que estaba conteniendo mi propia respiración, esperando su próximo aliento, y el siguiente, y el siguiente. Cada uno de ellos resultado del gran esfuerzo de alguien tan increíblemente pequeño. Y mi corazón estaba con ella, con esa pequeña bebé que vino al mundo demasiado pronto. Le susurré; «¡Lucha, pequeña, lucha! Este vasto mundo está esperándote… ¡si tan solo luchas!»

Ella era pequeña y pobre, y estaba enferma… pero no había sido olvidada. No se la dejaría morir. Ella era la preciosa niña de alguien, y nosotros la habíamos cuidado. Nosotros habíamos hecho todo lo posible para darle esa oportunidad de vivir gracias al poder de nuestra Fundación, y de eso es de lo que vengo a hablarles el día de hoy.

Nuestra Fundación no está estática. Está evolucionando y renovándose y volviéndose más relevante para los tiempos que vivimos. Este año, los fiduciarios lanzarán el nuevo programa ‘Subvenciones de gran escala’. Estas subvenciones motivarán a los clubes rotarios a pensar en grande y acercarse a entidades colaboradoras y patrocinadores para que se unan a ellos en la búsqueda de una solución integral a problemas importantes, cuyos beneficios lleguen a un amplio sector de la población.

Déjenme darles un ejemplo. El cáncer de cuello uterino es el único cáncer que se puede prevenir con una vacuna. Si se pudiera vacunar a todos los niños de un país, especialmente a las niñas de entre 8 y 10 años de edad, y examinar a todas las mujeres entre los 35 y 45 años de edad, podríamos, en teoría, erradicar este cáncer.

Pero es poco probable que los rotarios por sí solos puedan lograrlo en su país o región. Este es el tipo de proyecto que PUEDE repetirse en todas partes, pero ninguna organización, ni siquiera Rotary, puede hacerlo sola.

Para ello se necesita la labor conjunta de varias agencias, de manera similar a nuestros esfuerzos en el programa contra la polio. Y ese es el tipo de proyecto para el que se crearon las subvenciones para programas de gran escala.

La Fundación otorgará cada año una única subvención de 2 millones de dólares a un programa de gran escala. En mi opinión, estas subvenciones provocarán el mismo cambio transformador en los proyectos de nuestra Fundación que el programa 3-H cuando este fue lanzado en 1978 por Clem Renouf. Recuerden que así fue como nació PolioPlus en las Filipinas.

Pero aprenderán más sobre esto a su debido tiempo. Y eso me lleva a sus otras prioridades para el próximo año. Las prioridades de este año están alineadas con el nuevo Plan de Acción de Rotary, y todo lo que hace La Fundación Rotaria nos ayuda a incrementar nuestro impacto. Nuestra primera prioridad, por supuesto, es poner fin a la polio. Esta es la prioridad número uno de toda nuestra organización.

Debemos trabajar hacia este fin con cada músculo, cada tendón y cada fibra de nuestro cuerpo. Debemos concluir esta labor. Es verdad que en el año pasado vimos un aumento en el número de casos. Esto es preocupante, pero también es un desafío que habíamos anticipado.

Estamos seguros de que encontraremos la solución. Recuerden que ya hemos reducido el número de casos de polio en un 99.9%. Recuerden, también, que 18 millones de personas pueden caminar hoy en día gracias a nuestra labor. Recuerden que la polio de tipo 2 y 3 ya ha sido erradicada, dejando solo la del tipo 1 en circulación. Ahora solo quedan dos países que reportan la presencia del poliovirus salvaje: Pakistán y Afganistán. Vamos a terminar este trabajo.

Nuestra segunda prioridad es aumentar las contribuciones al Fondo Anual y a PolioPlus y, al mismo tiempo, desarrollar el Fondo de Dotación para que alcance 2025 millones de dólares para el año 2025.

Nuestra meta integral de recaudación de fondos para este año es de 410 millones de dólares, solo un aumento de 10 millones de dólares con respecto a la meta del año pasado. Nuestro objetivo se puede desglosar en:

  • 50 millones de dólares para la polio, los cuales serán equiparados por la Fundación Gates para alcanzar un total de 150 millones de dólares. Si cada club aportara solo 1500 dólares, alcanzaríamos esta meta.
  • Luego, nos marcamos como objetivo recaudar 135 millones de dólares para el Fondo Anual.
  • Y otros 85 millones de dólares para el Fondo de Dotación en donaciones directas y promesas de donaciones.
  • Si a esto sumamos 40 millones de dólares para otras donaciones directas, se alcanza un total de 410 millones de dólares.

Permítanme detenerme un momento en la meta de contribuciones al Fondo Anual de 135 millones de dólares.

Casi el 20 por ciento de nuestros clubes no contribuyen al Fondo Anual de nuestra Fundación, ni tampoco lo hacen ninguno de sus socios. ¿Pueden creerlo? ¡Podemos mejorar estas cifras! Por eso pido a esta promoción de gobernadores, quizás la mejor promoción jamás reunida, que rectifiquemos esta situación.

Ustedes forman la mejor promoción ¿no es así? Es necesario que alcancemos nuestras metas si queremos financiar la cada vez mayor demanda de nuestras subvenciones globales, las cuales hacen posible que nuestros clubes cambien vidas.

Del mismo modo, nuestro Fondo de Dotación es una excelente manera de que todos los rotarios perpetúen sus valores y creen un legado que proporcione recursos a las futuras generaciones de rotarios.

Amigos míos, un fondo de dotación sólido garantizará la estabilidad financiera de nuestra Fundación a largo plazo. Nuestro objetivo es ambicioso, pero alcanzable. La iniciativa «2025 para el 2025» tiene por objeto crear un fondo de dotación de 2025 millones de dólares para el año 2025.

Anticipamos que para el 2025 el Fondo de Dotación de LFR tendrá un mínimo de 1000 millones de dólares en activos netos, y el resto en expectativas y promesas de donación de tipo testamentario. ¡Imaginen el bien que podremos hacer con un fondo de dotación de 2 mil millones de dólares!

Por sí solas, las utilidades alcanzadas por las inversiones proporcionarán aproximadamente 100 millones de dólares para que los rotarios realicen, año tras año, todo tipo de proyectos que cambien vidas en todo el mundo.

Nuestra tercera prioridad es mejorar el impacto medible de nuestras subvenciones. Hubo un tiempo en que nuestra «bondad» solo podía medirse en vagas percepciones de la opinión pública. Hoy queremos saber el impacto real de nuestros actos en la comunidad.

Regalar bancos y mesas a una clase de una escuela en una aldea es un legítimo acto de servicio, pero ¿cuántos niños pasan por esa clase? ¿Contaba la escuela con los maestros apropiados para enseñar a esos niños? ¿Estaban debidamente protegidos esos bancos en esa clase? ¿Sirven cinco bancos cuando en realidad se necesitan cincuenta? Necesitamos diseñar proyectos que hagan algo más que hacernos sentir bien. Nuestros proyectos deben cambiar vidas. No se trata solo de dólares. Nunca lo fue. Se trata de vidas.

Empecé hablándoles sobre la maternidad en mi país que nuestra Fundación nos ayudó a construir. Casi dos años después de esa visita tuve la oportunidad de volver a visitar ese mismo hospital. Se nos permitió entrar en esa misma unidad de cuidados intensivos. Esta vez solo algunas de las incubadoras estaban ocupadas. Y luego, después de nuestra visita, todos salimos al pasillo, donde nos detuvimos a hablar con los doctores y enfermeras, quienes nos dijeron que, desde que lo construimos, 140 000 bebés habían nacido en ese hospital.

Y allí me presentaron a una joven madre con una niña, que había venido para su visita de rutina. Una niña linda, de ojos grandes y oscuros, con una hermosa sonrisa, de uno o dos años de edad, ocupada aprendiendo a caminar y a hablar. Me encantan los niños, así que instintivamente me acerqué a ella y ella vino a mí. La llevé en brazos y hablé con su madre. Y justo entonces, uno de los doctores se me acercó con una sonrisa en su rostro y me preguntó: «¿Recuerda, Sr. Ravindran, que la última vez que estuvo de visita, había una bebé en la incubadora por la que parecía estar muy preocupado?» «¡Sí, claro!» Le respondí. «¿Cómo puedo olvidarlo?». Se detuvo un momento, sonrió y extendió la mano para acariciar a la niña que yo cargaba, y dijo: «Ella es esa niña».

Y ahora fui yo quien tuvo que hacer un esfuerzo por respirar. Ella era la niña. Allí entre mis brazos: una pequeña, que vivió, gracias a Rotary. Que sonrió, que rio y que dio alegría a sus padres gracias a la Fundación Rotaria.

Cuando se piensa en eso, todo lo demás pierde importancia. Y hoy les pido a todos ustedes que cuando vuelvan a casa, cuando regresen a sus clubes y cuando hagan sus planes para el próximo año, mantengan a nuestra Fundación en sus mentes.

La Fundación da sentido a nuestra afiliación a Rotary. La Fundación cambia vidas.

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