De rotaract a rotario: un salto hacia más actividad

Por Antonio M. Singh C.
PDG Distrito 4240 2024-2025

Hay caminos que no terminan, se transforman. La experiencia en Rotaract es la antesala de algo aún más grande: Rotary. Durante años, Rotaract les ofrece a los jóvenes un espacio para crecer, liderar y servir. Allí nacen proyectos que cambian vidas, amistades que trascienden fronteras y un compromiso que marca el rumbo de toda una vida.

Yaír Velásquez lo sabe bien. Su historia comenzó en 2007, cuando era estudiante de la Escuela Palmira y conoció a rotarios que transformaban su comunidad. Sin embargo, fue en 2020, a través de su participación en el RYLA patrocinado por el Club Rotario de Boquete, cuando encontró su verdadera pasión: servir con propósito. De allí nació el Club Rotaract de Boquete, un espacio donde lideró proyectos como Aliados por la Educación, que en plena pandemia benefició a 18 centros educativos con mejoras en agua potable, insumos y calidad de aprendizaje.

El tiempo pasó y la oportunidad llegó: la PP Nivia Rossana Castellón lo invitó a sumarse al Club Rotario de Panamá, uno de los más antiguos y emblemáticos de América Latina. Para Yaír, fue un paso natural: «No dejé atrás a Rotaract, llevé su energía y espíritu a un escenario con más recursos, mentoría y alcance global».

Su visión rompe barreras generacionales: no se trata de ser interact, rotaract o rotario, sino de comprender que todos servimos bajo un mismo ideal. «Lo importante es mantener el entusiasmo juvenil mientras asumimos las responsabilidades del liderazgo adulto», afirma.

En Rotary, Yaír continúa impulsando su causa principal: la educación como motor de cambio. Ha liderado con transparencia, rendición de cuentas y colaboración multicultural, convencido de que el servicio es la verdadera esencia que nos une.

Su mensaje a los jóvenes es claro: «Rotary no es algo “solo para adultos”. Es una oportunidad para amplificar lo que ya haces en Rotaract, para que tu impacto vaya más allá de lo que imaginas. No es subir un peldaño, es abrir una puerta a un mundo más amplio de servicio, amistad y liderazgo».

La transición de rotaract a rotario no es un adiós, es un sí a nuevas oportunidades, a proyectos de mayor alcance y a trabajar codo a codo con líderes que comparten la misma pasión por cambiar el mundo. La edad no limita la vocación de servicio; al contrario, la experiencia la potencia.

Hoy, Yaír es más que un rotario, es un puente entre generaciones, un ejemplo de cómo los jóvenes pueden transformar la historia de Rotary y la suya.

Programa Educando a Madres.

Entrega de donaciones a escuela de la comarca.

Primera visita a las oficinas de Rotary.


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