Por Antonio Singh
Gobernador Distrito 4240
El Distrito 4240 y el Club Rotario de Belén lamentan profundamente la partida de Ana Vargas, una rotaria excepcional que dejó una huella imborrable en nuestras vidas y en nuestras comunidades. Su vida fue un reflejo del espíritu de Rotary: entrega, compromiso y una inquebrantable dedicación al servicio.
Desde que fundó el Club Rotario de Belén en el año 2000, Ana demostró que el liderazgo efectivo no solo dirige, sino que inspira. Durante su presidencia en 2002-2003 se destacó por ser organizada y enfocarse en cumplir los objetivos del club, para lo cual siempre mantuvo un espíritu colaborativo. Durante más de 15 años como secretaria del club, su famosa agenda y lápiz fueron las herramientas que aseguraron el éxito administrativo y la continuidad de proyectos fundamentales.
Ana no solo dejó su marca en el club, sino también en el Distrito 4240. Como asistente del gobernador y presidenta del Comité Distrital de Servicio a la Comunidad, su liderazgo comprometido impulsó proyectos que cambiaron vidas. Entregas de sillas de ruedas y ferias oftalmológicas y odontológicas fueron ejemplos de su capacidad para convertir ideas en hechos tangibles.
A nivel personal, Ana era una mujer amable, estricta cuando la situación lo requería, pero siempre con una chispa de alegría. Disfrutaba de bailar, incluso sola si era necesario, y sus viajes reflejaban su amor por la vida y su deseo de conocer más allá de su entorno. La camaradería que cultivó entre sus compañeros rotarios y la cercanía con su comunidad son testimonios de su capacidad para conectar profundamente con los demás.
Una anécdota que define su espíritu fue cuando, desafiando los peligros de las márgenes del río San Juan, llevó una silla especial a una niña. Su determinación era inquebrantable: no había desafío que pudiera detenerla cuando se trataba de cumplir su misión de servicio.
El legado de Ana Vargas no se limita a las acciones realizadas, sino también a las enseñanzas que dejó. Su orden, perseverancia y entusiasmo continúan guiando a los miembros de su club y del distrito. Vivió plenamente los valores rotarios de servicio, liderazgo y compañerismo, y su mensaje para nosotros es claro: «Nunca se cansen de hacer el bien, porque siempre hay alguien que lo necesita».
Hoy celebramos la vida de Ana Vargas, una rotaria íntegra y solidaria, cuyo efecto se siente en cada vida que tocó. Que su ejemplo inspire a futuras generaciones de rotarios a seguir construyendo un mundo mejor, con la misma pasión y amor con los que ella vivió.
Descansa en paz, querida Ana, tu legado perdurará por siempre.