Por Ricardo Arriaza
Presidente del Subcomité PolioPlus Distrito 4250
Durante la 41.ª reunión del Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional (RSI) sobre la propagación del poliovirus, convocada por el director general de la OMS en marzo de 2025, se revisaron los comportamientos de propagación del poliovirus salvaje (WPV1) y los poliovirus circulantes derivados de la vacuna (cVDPV). Todo bajo las premisas de la estrategia final para la interrupción y certificación de la erradicación del WPV1 para 2027 y de interrumpir y certificar la eliminación del cVDPV2 para 2029.
Entre los análisis principales están que los datos representaron un incremento de más de cuatro veces en Afganistán y de más de doce veces en Pakistán en el número de casos de WPV1 entre 2023 y 2024. Esta tendencia al alza también se evidenció en las detecciones de muestras ambientales de estos virus a lo largo del mismo período.
En Rotary sabemos que desde 1988 hasta la fecha hemos logrado disminuir la presencia global de esta enfermedad en más del 99 %. Esto es una bella realidad; sin embargo, este último tramo restante ha requerido y requiere un trabajo permanente para forzar la desaparición de este flagelo gracias ―en una importante parte― al empeño imbatible de las huestes rotarias, cuyos grandes o pequeños esfuerzos de bondad, según las posibilidades de cada uno, han contribuido a un gran impacto que ha ido más allá de las fronteras políticas, más allá de los mares y más allá de la pobreza, con el fin de contribuir a detener esta enfermedad y, por lo tanto, a su destierro.
Los socios de Rotary predicamos al resto del mundo sobre nuestra convicción y perseverancia en esta nuestra principal prioridad humanitaria (tal como lo definió Carlos Canseco, presidente de RI 1984-1985), comprometiéndonos a encontrar y ejecutar las soluciones a cada desafío en el transcurso de esta lucha, ofreciendo y facilitando el acceso a sistemas de salud con calidad de atención a las madres y a sus hijos. Sabemos que no solo con vacunas, sino que por el hecho de encontrarse en una situación de vulnerabilidad social también ameritan que nuestros esfuerzos se amplíen al resto de las áreas de interés de nuestra amada organización y, con eso, lograr que todos estos niños puedan vivir vidas sanas, crecer fuertes y convertirse en grandes seres humanos y, quizás, invaluables miembros de Rotary International.
¡Nuestra labor no solo cambia vidas para mejorarlas, las salva!
Gracias a rotarios como tú, mujeres, niños, hombres, jóvenes… reciben agua potable, sistemas sanitarios eficaces, capacitación para parteras, clínicas móviles, atención prenatal integral y vacunas que, en suma, cuidan y fortalecen la base de la sociedad: la familia.
Los socios de Rotary en todo el mundo trabajamos, entre otras valiosas razones, para mejorar las condiciones de salud integral y reducir los índices de mortalidad materno-infantil, lo que incluye programas de vacunación ampliados, accesibles y eficientes para prevenir, entre muchas enfermedades infectocontagiosas, la infame poliomielitis.
Muchas gracias, compañeros, por sumarse al trabajo tesonero y noblemente anónimo. Gracias por contribuir con sus recursos intelectuales y económicos a La Fundación Rotaria, porque tales contribuciones permitirán alcanzar la tan anhelada meta de erradicar la polio del mundo y también llevan y llevarán esperanza para una vida mejor a las madres y a sus hijos en cada rincón del planeta en donde se encuentre un Club Rotario trabajando por el bien de la humanidad.