Verdades sobre la polio

Por Ricardo Arriaza
Presidente del Subcomité PolioPlus Distrito 4250

Hay verdades respecto de la polio tan incómodas como alentadoras. Conozca algunas de ellas.

«No hay cura para la polio». Lamentablemente eso es cierto. Cuando una persona se infecta con este virus la parálisis que sobreviene es irreversible, y en algunos casos el resultado final puede llegar a ser fatal. Sabemos que se contagia a través de agua o alimentos contaminados (transmisión fecal-oral). Pero también se puede transmitir mediante gotas microscópicas de saliva al toser o estornudar. Aunque una vez se ha producido la infección no es posible tratar y revertir la enfermedad, sí es posible prevenirla mediante la vacunación.

«La polio afecta principalmente a niños menores de 5 años». Esta es una verdad muy lamentable, pero también inquieta saber que es posible que personas adultas no inmunizadas se infecten con el virus.

«Casi no hay casos de polio en el mundo». Esta es una verdad que nos causa felicidad. En 1988, cuando Rotary y la Organización Mundial de la Salud dieron inicio junto con otros socios estratégicos a la Iniciativa Global para la Erradicación de la Polio (GPEI), esta enfermedad paralizaba a más de 350 000 personas anualmente. Sin embargo, gracias a un trabajo encomiable más del 90 % de la población mundial está libre de esta enfermedad ahora.

«La lucha contra la polio ha salvado a muchos niños». Esta es una verdad alentadora. A partir de 1988, nuestra lucha frontal y constante ha hecho posible que más de tres mil millones de niños hayan sido inmunizados. Por esa razón más de 20 millones de personas alrededor del mundo puedan caminar libremente; personas que de otra manera se habrían contagiado y quedado paralizadas. Además, cientos de miles de niños se han salvado de la muerte gracias a nuestros esfuerzos.

«Hemos erradicado esta terrible enfermedad en más del 99.9% del planeta». Esta es una verdad irrefutable y digna de ser conocida por todos. Desde hace casi 40 años hemos cifrado nuestra confianza y hemos hecho grandes esfuerzos. Los socios fundadores de la GPEI, junto a los gobiernos centrales, gobiernos locales y trabajadores de la salud seguimos luchando. Sin embargo, el restante 1% requiere un esfuerzo titánico y permanente en todas las regiones del mundo para contener cualquier avance, tanto del virus salvaje como de virus derivados de la vacuna.

«Solo quedan dos países en donde existe polio en el mundo». Sí, y estos países son Afganistán y Pakistán, en donde hay presencia endémica del poliovirus salvaje. Pero también debemos aclarar que en este momento se reportan brotes de poliovirus derivados de la vacuna oral en 38 países alrededor del mundo, lo que implica que nuestros esfuerzos a nivel global se deben multiplicar significativamente. Esto implica que todos los recursos que se invierten en la erradicación de esta infame enfermedad deben emplearse para disminuir la propagación y lograr la certificación que garantice nuestra victoria.

«Ya no hay polio en nuestros países». Esta es quizás la verdad más relevante y, sin lugar a dudas, se lo debemos a la visión que tuvieron nuestros colegas rotarios liderados por nuestro presidente de entonces, James Bomar, cuando el 29 de septiembre de 1979, en Filipinas, sentaron las bases de nuestra principal prioridad humanitaria iniciando la vacunación de los que llegarían a ser 6 millones de niños inmunizados en un esfuerzo multianual que posteriormente allanaría el camino para que el 23 de febrero de 1985 se inaugurara el Programa PolioPlus por nuestro muy querido presidente Carlos Canseco, lo que ha rendido frutos que se miden en miles y miles de vidas humanas alrededor del mundo.

«Ya no hay polio en nuestros países». Es una verdad grande pero a la vez frágil. Desde hace varias décadas se erradicó la polio en nuestro continente, pero las condiciones deficientes de salubridad, altos niveles de pobreza y tasas de inmunización muy por debajo de lo que se considera seguro nos mantienen en un riesgo permanente. Así que si tan solo una persona portadora del virus arribara a cualquier país de Latinoamérica y entrara en contacto con alguien cuya salud fuera frágil, tuviera un sistema inmune incapaz de defenderse o si sus condiciones de higiene no fueran las adecuadas, existiría la posibilidad de que comenzara una epidemia y un potencial desastre. Desgraciadamente, nuestras naciones no cuentan con los recursos para contener este panorama. Es por eso que la más económica y efectiva estrategia para evitarlo es la prevención. Por tal razón, el Subcomité PolioPlus, adjunto al Comité de Fundación Rotaria, lucha para mejorar los estándares de salud en cada uno de nuestros países. También se motiva a los socios rotarios para que efectúen sus donaciones a La Fundación Rotaria a fin de poder adquirir las vacunas que se necesitan y celebrar muy pronto la erradicación de la polio en todo el planeta.



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