Por Aarón Cardoza
Representante Distrital Rotaract 2025-2026
Distrito 4250
Hablar de Rotaract es hablar de recuerdos imborrables. No se trata solo de sostener reuniones o ejecutar proyectos, sino de esa chispa que enciende el corazón cada vez que servimos en unidad. Cada sonrisa que regalamos en la comunidad, cada mano extendida al compañero, cada noche de desvelo planificando una actividad, todo ello forma parte de una historia compartida que nos une más allá de fronteras.
En Rotaract aprendemos que el verdadero valor de servir no está en la magnitud de lo que hacemos, sino en la huella que dejamos en los demás. En cada rincón donde Rotaract tiene presencia, la juventud se viste de esperanza. Rotaract no es solo un club, es un movimiento que late con fuerza en cada corazón que decide dar sin esperar nada a cambio.
El amor por servir es lo que nos une, desde una sonrisa compartida en una jornada comunitaria hasta el esfuerzo silencioso de quienes trabajan por un mundo más justo. Cada amistad nacida en este camino nos recuerda que el verdadero liderazgo es servir con humildad y pasión.
Hoy más que nunca, los rotaractianos estamos llamados a ser fuente de inspiración, a transformar nuestras comunidades con pequeñas acciones que crean grandes cambios, a demostrar que servir es la forma más noble de amor, porque en Rotaract aprendemos que cuando servimos también crecemos y en ese crecimiento construimos un legado que trasciende.
Rotaract no es solo una etapa. Es un viaje de vida.
