ROTARACT: EL RYLA, UNA EXPERIENCIA QUE ME TRANSFORMÓ

Por Hiram Jafeth Morillo
Rotaract Club Penonomé

Como joven rotaractiano, mi viaje hacia el liderazgo y el servicio alcanzó nuevas alturas con mi participación en el RYLA. Soy Hiram Morillo, miembro del Rotaract Club Penonomé, y a mis 23 años he sido testigo del gran efecto de esta experiencia.

El RYLA no es solo un evento: es un viaje de autodescubrimiento y crecimiento personal. Mis días en el RYLA fueron una montaña rusa de emociones, aprendizaje y conexiones significativas. Una oportunidad para aprender de líderes consumados y sumergirme en un ambiente que trascendió fronteras culturales.

Lo que más me cautivó fue la diversidad de talleres que abordaron temas cruciales para el liderazgo efectivo. Desde habilidades de comunicación hasta gestión del tiempo, cada sesión me desafió a mejorar y crecer. Pero, más allá de las habilidades técnicas, lo que realmente hizo eco en mí fue el énfasis en valores como la empatía, la inclusión y el servicio desinteresado.

Sin embargo, lo que más destacó fue la sana convivencia entre todos los participantes. A pesar de nuestras diferencias culturales y antecedentes, nos unió un propósito común: hacer del mundo un lugar mejor a través del liderazgo y el servicio. Los lazos que se formaron durante esos días son incomparables, y el apoyo que experimentamos allí sigue inspirándome hasta el día de hoy.

A aquellos rotaractianos que aún no han experimentado el RYLA les digo que no duden en unirse. Es una oportunidad única para crecer como líderes, conectarse con personas increíbles y marcar la diferencia en sus comunidades y más allá. El RYLA no solo moldea líderes competentes, sino también a individuos compasivos y visionarios.

Por tanto, los animo a sumergirse en esta experiencia transformadora. A través de Rotary y el RYLA podemos cultivar el liderazgo del mañana y trabajar juntos para construir un mundo más justo y equitativo para todos.

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